El cambio climático está afectando seriamente a los productos del campo, y el vino no es la excepción. De hecho, desde hace ya varios años el cambio climático es uno de los temas más estudiados por enólogos y viticultores, cuya finalidad es la de encontrar soluciones a un problema que podría mermar la calidad de los caldos obtenidos actualmente.
Desde mediados del siglo pasado, la temperatura media global ha aumentado casi 1°C a causa del exceso de gases que generan el efecto invernadero. Hoy en día, los expertos evalúan las consecuencias que puede suponer para el ecosistema y nuestra forma de vida.
Sin lugar a dudas, la agricultura será una de las actividades más afectadas. Cada año, las temperaturas son mayores y las lluvias se vuelven menos frecuentes, lo que provoca un ritmo irregular en las cosechas que provocará cambios en los cultivos y el lugar, la altura y la latitud donde se realizan. En caso extremo, si la temperatura se dispara más de cuatro grados (como indican algunos modelos), a hambrunas y movimientos demográficos.
Para nadie es un secreto que el clima se ha vuelto loco. Se ha tornado incierto, impredecible y extremo. La primavera se adelanta; los inviernos son más cálidos y cortos; los veranos, más largos y tórridos; llueve menos y, sobre todo, de forma más aleatoria; hiela cuando más daño hace, y se suceden huracanes, granizadas, sequías, incendios e inundaciones.
Asimismo, otro de los factores climáticos que ha cambiado es la amplitud térmica (la diferencia entre la máxima y la mínima del día se reduce), que es un aspecto sumamente relevante para el correcto desarrollo de la uva de calidad, ya que para que ésta se dé necesita de la correcta conjunción de temperatura, agua y sol.
¿Y esto cómo afectará al cultivo de vid?
Según El País, el calor y la falta de lluvias provocarán un adelanto en la madurez de la vid, lo que se traduce “en un mayor porcentaje de azúcar (que se convertirá en alcohol durante la fermentación del vino, hasta los 15 grados, cuando hace cuatro décadas eran 12), menor acidez (que le otorga frescura y alegría) y una escasa maduración de sus pieles y pepitas (ya que habrá que vendimiar antes para evitar que las uvas se licoricen). Ese desequilibrio restará al vino complejidad aromática y gustativa, y capacidad de envejecimiento”.
De hecho, estos afectos ya pueden notarse en la actualidad: en Europa se sabe con certeza que la vendimia se ha adelantado entre 10 y 30 días, debido a que las uvas se están madurando más rápido y hay que evitar que se pierdan.
Otro aspecto que las subidas de temperatura cambiarán serán los lugares donde se cultiva vid. Los países con zonas altas y frías, donde la uva que se cultivaba no maduraba o era de mala calidad, serán una alternativa (por ejemplo, en Reino Unido, Europa Central ,sur de Argentina o Chile, entre otros), puesto que permitirán que los tiempos de maduración sean más largos que en las zonas actuales, donde el calor se percibe con mayor intensidad. Por esto, algunos de los grandes productores de vino ya han adquirido terrenos de cultivo en lugares de mayor altitud y en donde el clima es mucho más frío.
Soluciones para enfrentar el cambio climático
Además de cultivar en zonas más altas y frescas, y cambiar prácticas para lograr desarrollar una agricultura de conservación, respetuosa con la tierra y el ecosistema (lo importante ya no es la productividad, sino la sostenibilidad); una de las alternativas principales que se ha puesto en marcha para hacer frente a este problema es la de investigar qué variedades de uva estarían mejor adaptadas al nuevo escenario climático.
Y es que, con la popularidad que las variedades francesas ganaron durante los años 80, muchas de las variedades más singulares que crecían en zonas altas, secas y frías se dejaron de lado; sin embargo, ahora están siendo retomadas e incluso, hay proyectos que buscan rescatar varietales que prácticamente no se conocen y, mucho menos, se trabajan, para conocer cuáles serían las mejores no solo en cuanto a calidad, sino también en cuanto a adaptabilidad de las nuevas medidas que regirán la producción de vino.
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