Las características del lugar en el que se cultiva la vid y se vinifica son trascendentes a la hora de la creación de un vino: las características del suelo, el clima y toda la naturaleza que rodea a un viñedo tiene un impacto en el resultado final. Estos aspectos son parte de lo que se conoce como terroir (que también comprende la tradición y cultura que ese sitio tiene con respecto a la creación de vinos).
Cada tierra aporta a los productos finales determinadas notas en su esencia que los vuelve únicos.
En el mundo existen cientos de variedades de vitis, y la planta ha sabido adaptarse a muchos tipos de suelo, es por ello que cada viña, aun siendo de la misma especie, tiene cualidades espaciales que toma de su lugar de origen.
Aguascalientes tiene características geográficas y climatológicas favorables para el cultivo de la vitis vinífera, y estas tienen un impacto en las etiquetas que se producen en el estado…
¿Qué los hace diferentes?
Al estar a una altura de 2,000 metros sobre el nivel del mar, los viñedos de Aguascalientes cuentan con una buena radiación, lo cual provoca que las plantas se protejan del sol. Una de las consecuencias de esto es que la piel de las uvas se vuelve más gruesa y acumula más antocianos (sustancias responsables del color de los vinos y que están presentes en la piel de las uvas).
A esto se suma el diferencial de temperaturas que se registra en el tiempo de maduración de la uva. Al haber días cálidos con noches frescas (la diferencia entre la temperatura diurna y la nocturna puede llegar a ser de hasta 20 grados), se da una mejor maduración y, por ende, una mayor acumulación de los compuestos organolépticos que definen la calidad del vino en color, aroma y sabor.
Por eso, los vinos hidrocálidos son vinos de sol, de altura, con mucho color y con una consistencia buena.
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