¿Qué son los sulfitos en el vino? - Aguascalientes Wine

De seguro, revisando las etiquetas de los vinos que estás a punto de comprar, alguna vez te has topado con la frase “Contiene sulfitos”. Casi todas las botellas tienen visible esta leyenda; pero sabes qué son y por qué se encuentran en el vino.

Los sulfitos son un grupo de sustancias derivadas del azufre, principalmente del dióxido de azufre (SO2), los cuales se generan de forma natural en algunas bebidas alcohólicas y otros alimentos.

De hecho, estos se forman en el proceso de fermentación de las levaduras del vino, así que todos los vinos los contienen, a menos de que sean eliminados por medio de reacciones químicas, lo que pocas veces sucede porque los productores tienen como consigna respetar la composición originaria de sus caldos. Además, son inofensivos en las cantidades tan pequeñas en las que se presentan, así que no hay por qué preocuparse por ellos.

Sin embargo, se ha visto que algunas personas reaccionan mal al vino debido a los sulfitos, y esto no tiene nada que ver con la resaca (no están relacionados con ella), sino más bien a que hay personas muy sensibles o alérgicas a ellos. En su mayoría, quienes podrían resultar afectados por estas sustancias son los asmáticos, pues producen opresión en el pecho, tos y cerramiento de la garganta, que puede llegar a afectar al 10% de los enfermos de asma, según apunta BBC News, aunque detalla que estos síntomas pueden aparecer cuando el asma no ha sido tratada correctamente.

¿Para qué sirven los sulfitos en el vino?

Los sulfitos funcionan como conservadores para el vino, son antioxidantes, agentes antimicrobianos y antioxidásicos. Así pues, evitan la oxidación del vino, que sus propiedades organolépticas puedan verse afectadas y la posibilidad de que se desarrollen microbios o bacterias (eliminan las bacterias que hacen que el vino pueda avinagrarse).

Además, contribuyen a activar la fermentación alcohólica y tienen efectos sobre la maceración, el color, el olor y el gusto del vino. Por esta razón, muchos enólogos deciden añadir un poco más de sulfitos de manera exógena a los caldos, aunque siempre respetando los límites establecidos por las normas de cada país. Y es que son una excelente forma de asegurar la conservación del vino y la eliminación de bacterias.

Sí, también están en otros alimentos

Los sulfitos pueden encontrarse en alimentos que experimentan una fermentación, como el pan, los bollos, el queso, el yogur, la cerveza o la sidra. También se añaden artificialmente como conservantes en productos cárnicos, conservas o crustáceos. Así que, si esos productos no te producen malestar, no tienes que preocuparte por los sulfitos del vino. Por supuesto, si has notado alguna reacción al consumir estos productos, la sugerencia es que los evites o que disminuyas su compra lo más posible (así como sucede con quienes son intolerantes al gluten o a la lactosa).

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