Sí, el vino nos ha acompañado a lo largo de nuestra historia. Ha estado presente en fiestas, celebraciones religiosas y, por supuesto, en el día a día. Y aunque en México no se tiene una cultura del vino tan arraigada, ya comienza a ser la bebida de la que más se echa mano para estar en reuniones de distinto tipo.
La sommelier Marisa García nos brinda algunas recomendaciones para saber qué tipo de vino va perfecto para cada ocasión.
- En una graduación. Lo mejor es tener un vino espumoso. Se recomienda que sea un prosecco, que es mucho más fácil de tomar.
- En cualquier reunión en que la mayoría de los asistentes sean jóvenes o personas que apenas estén adentrándose al mundo del vino, se recomienda servir vinos ligeros, fáciles de beber, afrutados. No hay que empezar con cepas complejas o con vinos con paso por barrica, porque lo único que se logrará es que el primer acercamiento de alguien al mundo del vino sea el último. Se debe empezar de menos a más. Una buena opción son los vinos blancos, rosados o tintos jóvenes.
- Para una boda, por supuesto que no puede faltar la champagne.
- Para una reunión de reencuentro generacional, puede echarse mano de un vino blanco o rosado, si el evento inicia por la tarde. Si no habrá alimentos o solo algo para picar, se recomienda tener un vino de estructura media, que no requiera de algún maridaje.
- Si es un brunch, hay que elegir un vino ligero, como un blanco o rosado; y hasta cabe la opción que podamos disfrutar un cóctel como la mimosa.
- Según las estaciones del año, lo mejor es que en primavera, cuando inicia a subir la temperatura, se tomen vinos frescos, como los trosados; en verano, un vino blanco quedará de maravilla; en otoño, un tinto joven; y en invierno, los tintos más robustos, con paso por barrica, irán bien con las bajas temperaturas.
- Para una cena romántica no puede faltar un vino espumoso; pero no durante toda la velada. Se puede iniciar con un vino ligero, como un blanco, y para la hora de cenar, los alimentos pueden ser acompañados por un tinto. Lo mejor será cerrar con un vino espumoso dulce, para terminar con broche de oro.
- Las reuniones de negocios, y más si es un cierre de negocios, recomendamos que se acompañen con dos vinos: para brindar, obviamente lo mejor será la champagne, y para la comida o cena, hay que pedir un buen vino porque la ocasión lo amerita: un vino de culto o con denominación de origen, siempre cuidando que maride con los alimentos que se están sirviendo.
- Por último, si es una reunión casual, por ejemplo, una carne asada, lo mejor será abrir un vino tinto de estructura media, con paso por barrica de hasta 12 meses. Hay que tratar que no sea un vino tan caro, pues ese momento es para disfrutar con los amigos y no sabemos si todos tendrán la misma disposición de apreciar un vino complejo.
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